domingo, 9 de diciembre de 2012

LA BATALLA DE LOS MINUSVÁLIDOS



En todas partes del mundo, tendría que ser una obligación de la sociedad, con el respaldo de los poderes públicos, el dar trabajo a los minusválidos, el colectivo de los más débiles, excluidos y desamparados en esas sociedades globales de libre competitividad, cada cual dentro de sus capacidades, para que la dignidad y la justicia estén siempre por encima de la caridad pública. En realidad no hay dignidad con la simple subvención que es la caridad que otorga el Estado con el dinero del resto de los contribuyentes que pagan impuestos, y siempre lo más digno es ser y sentirse útil ejerciendo un trabajo que sea de utilidad para el resto de la sociedad. 

Aquí abajo vemos un manifestante sostiene una discapacidad cartel que decía "Evo quiere un helipuerto, quiero mis derechos" (en referencia al presidente de Bolivia, Evo Morales).



Pero también existe un gran mal: las pensiones y las subvenciones no animan demasiado a ser útiles para un trabajo, pasando los minusválidos a convertirse en seres pasivos en una sociedad que termina por considerarlos inútiles y hasta parásitos que necesitan de la caridad del resto para sobrevivir. No se tendría que considerar discapacitado a nadie, sino con capacidades distintas y de utilidad para trabajos distintos con los que poder ser útil y productivo, y poder ganarse dignamente el sustento sin tener que apelar a la caridad de los demás. En dar trabajo a los más necesitados, tendrían que involucrarse tanto las empresas como los poderes públicos, dando el máximo ejemplo de integración, ya que el grado de civilización y prosperidad de una nación, se demuestra por la forma que apoya a sus miembros con mayores dificultades, a que sean útiles y lo menos dependientes posibles de los demás.

Abajo vemos personas con discapacidad física son vistos a su llegada a La Paz, 23 de febrero de 2012.

Pero lo malo es hoy por hoy el sector de la discapacidad o de los minusválidos españoles, son un colectivo muy pasivo, que a pesar de los recortes en los derechos conseguidos y las pensiones, no son capaces de luchar por la mejora de estas, así como para conseguir los puestos de trabajo que habría que proporcionarles la sociedad para poder llevar una vida más digna, de sentirse más útil, y de ser lo menos dependiente posible de la sociedad, evitando en todo lo posible ser considerado como una carga. Pero desgraciadamente prefieren más darse a la vida pasiva y contemplativa, conformándose con la caridad del Estado, que perciben en forma de pensión.





No obstante en otras partes del mundo existen otros colectivos de minusválidos mucho más activos y con verdadero espíritu de lucha, como es el caso de Bolivia, uno de los países más pobres de América del Sur. He aquí vemos a la policía boliviana antidisturbios esperar a los manifestantes en el centro de La Paz, 23 de febrero de 2012.


El pasado domingo 19 de febrero de 2012, se vivió un episodio en el que un grupo de personas con discapacidad marcharon en una protesta exigiendo los beneficios del estado y el fin de la discriminación en su viaje a La Paz, Bolivia. En principio el grupo comenzó su marcha de unos 900 kilómetros desde Trinidad a La Paz el 15 de noviembre pasado para pedir una ley que otorga el reconocimiento especial de la población con discapacidad y administra una pensión anual de 3.000 bolivianos, o aproximadamente 430 dólares, que son el equivalente a 333 euros, demanda que no quiso ser atendida por el gobierno de Evo Morales. Los enfrentamientos contra la policía fueron duros, con importantes destrozos protagonizados por los propios minusválidos en esos actos de protesta. Y aquí inserto las fotos del acontecimiento, en las que las imágenes hablan por sí solas, ya que se vivió una auténtica batalla campal, de la que tendrían que aprender los pasivos y subvencionados minusválidos españoles: 




 Abajo veos a una mujer en silla de ruedas es ayudada después de haber sido afectado por los gases lacrimógenos.

 Un hombre con discapacidad física intenta parar con todas sus fuerzas y lo disponible a mano todo un vehículo policial.


 Y aquí abajo vemos a un hombre con discapacidad física en su silla de ruedas reacciona a los gases lacrimógenos.




Nota: las fotos fueron obtenidas de la web www.buzzfeed.com , que es como una revista digital de habla inglesa.









lunes, 3 de diciembre de 2012

3 DE DICIEMBRE, DÍA DE LA DISCAPACIDAD


Aunque más que discapacidad, yo prefería la palabra “minusvalia”. Y aunque estemos dándoles vueltas al lenguaje, yo diría más bien que las personas tienen “capacidades” diferentes, y de todo hay en la viña del Señor: gente mejor y gente peor, gente envidiosa y gente generosa.



Por otra parte, como trabajé durante más de tres años de mantenimiento en una organización de minusválidos que recibe muchas subvenciones de distintos organismos públicos, y de donde me despidieron a dedo y sin apenas explicaciones, observé que las persona discapacitadas son seres humanos como el resto de los que no tienen discapacidades oficialmente reconocidas, con las mismas pasiones, las mismas virtudes y defectos, los mismos sentimientos de envidia,…sólo que la discapacidad acentúa o hace más visibles sus defectos o virtudes, y no es que sean ni mejores ni peores que los demás. Claro que los hay que necesitan ayuda y asistencia del Estado, ya que los particulares en sí no suelen ser solidarios como para ayudarlos, a pesar de la existencia de fundaciones particulares con la finalidad de ayudarlos, pero que tienen una capacidad limitada. Y en esas organizaciones, igual como ocurre con las demás que reciben subvenciones del Estado, tales como partidos políticos, sindicatos, ONG’s,…tienen al enchufismo por parte de quienes tienen la suerte de tener algún cargo o empleo en ellos, en lo que lo primero que se preocupan es de poner a salvo sus espaldas, es decir, garantizarse el empleo (enchufe) y con ello el sueldo que proviene de las subvenciones pagadas con dinero público. Por eso en realidad esas organizaciones tienen mucha apariencia de cara a la galería, y defienden sus propios intereses, digamos gremiales o corporativistas, y con ello no están para defender y representar el resto de los demás discapacitados menos afortunados. Esa es la cruda y triste realidad, que quisiera que también se tuviera presente en tal día como hoy “DÍA DE LA DISCAPACIDAD”.