Hace unos días que me llamó
la atención y me ha chocado enormemente lo que he visto publicado en la
web de MIFAS, la entidad gerundense de los minusválidos (Minusválidos Fisicos
asociados), lo cual copio y pego, y luego me explico:
CONTRATOS LABORALES SIM
(SERVICIO DE INTEGRACION MIFAS) 2012
El Grupo MIFAS, que trabaja
para la inserción laboral de personas con discapacidad física a través del SIM
(Servicio de Integración Mifas), ha conseguido 343 contratos laborales durante
el pasado 2012.
Cabe remarcar y diferenciar
que de estos contratos, 159 han sido en la Empresa Ordinaria y 184 en la
Empresa Protegida, de los cuales 117 son de larga duración.
Debido a la falta de
subvenciones por parte de las Administraciones, tanto local como autonómica y
estatal, MIFAS se ha visto obligada a reajustar el equipo técnico del Servicio
de Integración Laboral. Así y todo se han superado los objetivos conseguidos
durante el año 2011.
Dichos objetivos han sido
posibles gracias a la experiencia de MIFAS como referente en la provincia de
Girona de la inserción laboral del colectivo de discapacitados físicos que ha
generado la confianza de las empresas en nuestro servicio.
Este servicio incluye la
tarea de una prospectora laboral que recoge las necesidades de la empresa y
asesora sobre la normativa legal aplicable y la tarea de los técnicos de
inserción laboral que buscan el perfil adecuado para cubrir el lugar de
trabajo.
El valor añadido de nuestro
servicio se basa en el seguimiento de la inserción laboral de la persona
trabajadora y la empresa, con la finalidad de conseguir la consolidación en el
lugar de trabajo.
Cuando leí esto me
revelé por dentro, pues hay que ser bastante desinformado como para creerse que
han conseguido más colocaciones de las que no puede ni el propio INEM a nivel
provincial, a no ser que sea lo que sospecho: un lavado de imagen de cara a la galería para
conseguir el máximo de subvenciones de las que esa entidad está habituada a
recibir. Habría que decir que para que esta noticia fuera creíble, que
figuraran los nombres de las personas contratadas, las empresas contratantes,
la nacionalidad de los contratados así como su grado de minusvalía
edad, situación familiar, etc….porque por lo que veo, y debida a la total
opacidad de la entidad, me atrevería a decir que sólo seleccionan y contratan a
la gente que quieren. Y por esa razón, entre muchas otras, hace unos días
solicité la baja como socio de la entidad MIFAS, ya que no me sentía
representado, y sus prácticas me parecieron de estilo corruptos y mafiosos, con
amiguismo y favoritismo (por no decir nepotismo) y consecuencia de todo esto,
con total opacidad hacia todos los aproximadamente tres mil socios, que al
parecer se contabilizan como miembros de la entidad. Desde esta entrada de mi blog
os contaré como testimonio de lo que he visto en esa MIFAS que desde luego no
es esa cosa buena que a mucha gente le parece, ni por supuesto cumple función
social alguna (salvo para beneficio de unos pocos escogidos,
dejando excluidos a todos los demás). Y a ello me remito:
Tengo 50 años y entré en
MIFAS hace poco más de 30 años, por una minusvalía sensorial y con el
correspondiente certificado de minusvalía obtenido en 1981, y nada más
inscribirme como socio, me apunté a la bolsa de trabajo. Durante todos esos
largos años no recibí ni una sola oferta de trabajo, ni una sola notificación
sobre si había alguna oferta de trabajo, de lo cual incluso, después de tantos
años, únicamente se dignaron a enviarme una nota para decirme si deseaba darme
de baja de la bolsa de trabajo, a lo que respondí que sí, ya que en aquel
momento la economía estaba sobrecalentada y el trabajo de albañil
que ejercía por entonces no faltaba en ningún sitio. En el verano de 2008,
a consecuencia de la crisis en la construcción y por causas de fuerza
mayor me quedé sin empleo y fui personalmente a solicitar trabajo a la entidad
MIFAS, y creo que me admitieron porque justo en aquel momento acababan
de inaugurar el centro MIFAS de Vilafant, y se supone
necesitaban una persona más para el servicio interno de mantenimiento.
Estuve trabajando durante 3 años y 5 meses con peticiones de prorrogas de los
contratos ya que eran de 6 meses o de un año, ya que al término del año 2011 me
despidieron excusándose con lo de los recortes. Y durante todo el año 2012, ya
en situación de desempleo, apenas recibí a principios de año sobre la
existencia de una oferta de trabajo, la cual por las condiciones de trabajo,
los horarios y la lejanía no me salía ni apta ni rentable para mis
posibilidades personales. Y en todo el resto del año ni una sola notificación
de la existencia de ofertas de trabajo, cuando ahora se habla de haber
formalizado desde MIFAS más de 340 contratos de empleo durante todo el año
2012. La permanencia en esa bolsa de trabajo de MIFAS, no sólo me llevaron mal
el caso, sino que además me dijeron que era un tipo completamente inútil para,
por ejemplo, un trabajo de vigilante de párking de la propia MIFAS, teniendo en
cuenta que durante 17 años estuve como autónomo de la construcción buscándome
la vida y nadie me calificó de “inútil” como hizo la supuesta “tecnica” del SIM
(la bolsa de trabajo de MIFAS). Además lo curioso es que en MIFAS ni tan
siquiera se practican políticas de eso que en el argot empresarial se llama
"outplacement", es decir, recolocar a los trabajadores despedidos en
otras empresas del grupo o externas. Ni tampoco aplica políticas de rotación de
personal en épocas de crisis, siendo como presume una entidad social que
debería de apoyar y ayudar a los trabajadores
con minusvalía oficialmente reconocida. En realidad, por lo que he
ido viendo con conocimiento de causa, en MIFAS, toda persona que es despedida
no regresa, además sin dar ningún tipo de explicación; observé que
para trabajar para la entidad, los contratos suelen durar entre 6 ó un año, y
no se vuelve a recolocar los mismos trabajadores de antaño ya contratados, ni
tampoco practican rotaciones de recolocaciones (es decir, un tiempo cobrando el
desempleo y otro trabajando, para poder conservar los puestos en tiempos de
crisis), como tampoco se practican ajustes tipo ERES como es habitual
en esos últimos tiempos de crisis que tratan de salvar al máximo los puestos de
trabajo. Por otra parte existe el favoritismo y el amiguismo por no
decir el nepotismo, por parte de una dirección muy cerrada, y de la que se
benefician los empleados fijos de la entidad, que más bien actúan como
funcionarios, de trabajar muy poco y abusar de los cargos, siendo los empleados
contratados quienes más suportan el peso de lo laboral en cuanto se refiere a
rendimiento. He visto que mucha gente que ni es minusválida ni son naturales de
nuestro propio país, cuentan con el favor de los órganos directivos, y
conservan cargos y empleos que bien podrían ocuparlos gentes
con minusvalía y del país, y con capacidad para varios trabajos de
los que se nutre y son inherentes a la entidad. En realidad MIFAS es un coto cerrado
a merced de los intereses personales de los órganos directivos, pero eso sí:
que recibe generosas subvenciones de todos los lados, aunque no es claro en qué
se destinan finalmente muchas partidas de esas subvenciones, porque por ejemplo
no se sabe los sueldos de mucha gente que tienen nómina a cuenta de la entidad,
aparte de un descontrol de los gastos materiales, con lo cual se dan las
condiciones ideales para las corruptelas y la picaresca. Tampoco se sabe dónde
se destinan las ganancias de sus empresas, y eso que se hacen llamar “sin ánimo
de lucro”, y por no decir además, en qué se basan y se avalan los créditos que
conceden las entidades financieras. Quienes están ahí colocados en esta entidad
viven, entre otras cosas, de las subvenciones y de las ganancias procedentes de
las jugosas licencias de los parkings municipales que les conceden las
concesiones algunos ayuntamientos que se involucran con la entidad, y en
ello aprovechan para conservar los cargos y sueldos. Si hay recortes, pues se
despide a quienes quieren para salvar los sueldos y los puestos de trabajo de
los interesados con poder de decisión, sin valorar ni los méritos ni la forma
de trabajo, ya que en eficiencia y rendimiento no se fijan ni llevan un
control, y supongo que es porque ya que al recibir gratis las subvenciones, no
se ven en la necesidad de competir, sino de formar un grupo cerrado
corporativista que vive de esas subvenciones públicas y las suculentas
ganancias que generan parkings y zonas azules en zonas públicas de mayor concurrencia
en las que es difícil encontrar aparcamiento. Y no diré, por ejemplo con el
abuso de los cargos de algunas directoras, de trabajar muy poco sin ahorrarse
de actuar con prepotencia hacia los subordinados contratados, y sin saber sus
buenos sueldos por parte de los socios, e internamente también se producen
enfrentamientos entre los distintos departamentos, en parte debido a la falta
de coordinación y a la pasividad con lo que lo sigue la dirección de la entidad
en las bases de la parte laboral, y esas son realidades que naturalmente no se
ventilan de cara a la galería, pero que sería conveniente que todo el mundo
supiera, sobretodo por parte de aquellos que aportan las subvenciones y demás
donaciones de las que se benefician quienes controlan la entidad.

En cuanto a entidad de
minusválidos, creo la actual MIFAS que está completamente desnaturalizada de
los objetivos y propósitos para la que fue creada en 1979, y se ha dejado
llevar por parecida inercia de corrupción surgida en los últimos años a la que
se adhirieron ONG’s, sindicatos, y demás entidades que viven y se mantienen de
las subvenciones públicas, ya que así engrasan las nóminas de la gente ahí
colocada y muchas veces de dudosa función, ya que en esto existe una total
opacidad tanto para los socios, como para la propia sociedad que se supone que
se solidariza con esas entidades pensando en “qué bien lo hacen”, pero que
desconocen totalmente la realidad interna de esas entidades. Ya que no existen
las auditorias detalladas (sólo son muy resumidas y además completamente
opacas), sin comprobantes de los importes de nóminas, gastos de luz,
transportes, etc, con lo cual es imposible saber en profundidad el destino
final de todas esas subvenciones, así como las posibles ganancias que tuviera
la entidad con su red de empresas, sistema típico de corruptelas de esos
últimos años que van saliendo a la luz y que ahora empezamos a conocer.

Es cierto que la lucha por la
integración de los minusválidos o discapacitados ha tenido sus distintas
constantes que va desde la Declaración de la ONU sobre los Derechos Humanos;
los pactos internacionales sobre los derechos económicos, sociales y
culturales; los pactos internacionales de los derechos civiles y políticos; las
convenciones sobre los derechos del niño; las convenciones internacionales de
la OIT (trabajo); la Declaración de Viena; la LISMI, etc… Todo un abanico
de declaraciones de buenas intenciones a favor de la causa de los
minusválidos, pero que en la práctica nadie trata de que llegue a ser una
realidad operativa. ¿Cómo es en realidad el mundo del minusválido?; yo creo que
podría aportar testimonio personal en primera línea, ya que trabajé durante
poco más de tres años de mantenimiento para la mayor entidad de minusválidos
existente en Catalunya, y puedo opinar con conocimiento de causa ya que me he
movido entre las tripas de la misma. Creo que nacieron con las buenas
intenciones que representan, pero al calor de la formación de un supuesto
Estado de Bienestar, cada día recibían más apoyos financieros de las distintas
administraciones públicas: gobierno central, gobierno autonómico, y demás entes
públicos de nivel más local como diputaciones, consejos comarcales y
ayuntamientos. Además también solían obtener buena tajada de pastel de las
antiguas cajas de ahorro, en sus “Obras Sociales”, y donaciones de demás
empresas, ya que esas donaciones desgravaban impuestos. Eso hacia de algunas de
estas entidades pudieran empezar a ofrecer algunos servicios para sus
asociados, relacionados en la búsqueda de empleo, residencias, obtención de
ayudas para prótesis y demás ayudas técnicas (sillas de ruedas, muletas,
caminadores, camas elevadoras, grúas, etc…), así como ofrecer algunas
residencias y centros de día para los usuarios más necesitados. En esta inercia
se halló atraída una supuesta entidad de minusválidos como MIFAS,
de raíces gerundenses. Así como también hacer algo contra las
barreras arquitectónicas con la ayuda de facultativos y abogados (todos pagados
con el dinero de esa entidad, claro); y también la concesión de las licencias
municipales, tales como por ejemplo la explotación de los párkings y la
vigilancia de zonas azules; la creación de distintas empresas “especiales de
trabajo” y todas subvencionadas, ya que al juego de la libre competencia no
podrían subsistir dadas sus características. Los dirigentes de estas entidades,
al calor del dinero de esas subvenciones públicas, empezaron a convertirse en
gestores regidos por criterios empresariales cuyo objetivo natural es la
ganancia económica, y hasta incluso se volvieron como entidades
corporativistas, en la que empezaron a contratar gente allegada a ellos que
automáticamente pasaron a convertirse en funcionarios sin pasar por oposiciones
gracias a tanta generosa y abundante subvención como recibían, no necesariamente
como la empresa privada que tiene que luchar, competir y ser eficiente para
poder obtener ganancias y ganar mercado y clientela. Entonces los cargos
directivos (muchos de ellos eternizados por las mismas personas) empezaron a
crear cargos de sus propias fundaciones, asociaciones, gerencias, y toda la
escala de personal para los distintos servicios, en los que ya no se miraba
para el objetivo común inicial para el que fue fundada la entidad, sino para
contratar y colocar a amiguetes y familiares de los interesados con cargo,
independientemente de si tuvieran o no tuvieran minusvalías e
incluso sin mirar para nada la nacionalidad, contratando si cabe incluso gente
procedente de la inmigración que contara con las simpatías del presidente i
alguien con fuerte poder en la junta,…todo eso hasta llegar ahora con la
tremenda falta de trabajo que hay para la gente de nuestro propio país, muchos
con minusvalía incluida a los que la propia entidad de minusválidos
no les ofrece trabajo que podrían desempeñar, cuando, vuelvo a repetir, lo
desempeñan o ocupan gentes que ni son minusválidos ni nacionales de nuestro
propio país.
De esta situación, una gente
escogida por los órganos directivos (en especial el presidente, dada la
estructura presidencialista de la entidad que le otorga poderes casi absolutos
y demasiado amplios) se beneficiaba con los empleos, que muchas veces al final
se convertían como los enchufes de los funcionarios, y los demás
quedaban excluidos para aprovechar de su condición de asociados de
cara a mostrar fuerza ante las administraciones de las que reciben las
subvenciones, convirtiéndose de alguna manera como una red clientelar, con la
excusa de que tienen miles de socios, de los cuales me atrevería a decir que
más del 90% de los que están anotados como socios no saben qué es exactamente
MIFAS, ni para que sirve, ni les es de utilidad alguna,…tan solo esos socios
están como figurantes para dar cierta fuerza ante las administraciones que les
sirve para reivindicar y conseguir las subvenciones. Naturalmente ese “modus
operandi” que impera en ese mundo del minusválido, lleva a los desacuerdos con
toda clase de desavenencias en muchas cosas, lo que hace que las entidades y en
particular los minusválidos sean muy individualistas, por lo que esto explica
el porque han proliferado cientos y hasta miles de entidades de minusválidos o
discapacitados por todo el país, cada cual yendo por la suya, y recibiendo
importantes subvenciones las más importantes o que consiguen una mayor
influencia o presión entre los distintos órganos de poder de las
administraciones públicas. En realidad, para la inmensa mayoría de los
minusválidos, esas entidades ni les representan ni hacen por ellos, ya que sólo
procuran por los que ya están colocados, al calor de las subvenciones que
reciben, sin que sus servicios y funciones están muy claros muchas veces. En
otras palabras, se acaban convirtiendo en entidades burocratizadas
que para sobrevivir las gentes colocadas, montan el número, con tal de poder
recibir todas esas subvenciones de las que se alimentan, sin necesidad de
luchar, competir y actuar con verdadera eficiencia y méritos como ha de hacer
la empresa privada que no recibe ninguna clase de subvenciones. Con lo cual
bien podría decir que subvencionar a esas entidades es lo mismo que
despilfarrar el dinero de los contribuyentes, ya que sólo sirve para alimentar
nóminas de personas enchufadas, y que lo que se tendría que hacer es destinar
el dinero de las subvenciones en forma de pensiones o ayudas para los
minusválidos, y que sean los propios minusválidos que empleen esa ayuda de
dinero público para sus necesidades contratando los servicios de las empresas
privadas que mejor se los puedan ofrecer en calidad de servicio y en precio
ajustado. O bien, en el caso de las empresas, subvencionar la contratación de
minusválidos (cosa que en parte se hace).

Creo que esto es un fracaso
del sistema, ya que provocó que estas entidades se convirtieran en
organismos burocráticos, en las que quien las controlaba, como ocurre con toda
burocracia, espera las aportaciones dinerarias de las administraciones, pasando
a lucrarse con ellos con empleos y dietas, que no se guían por
varemos de rendimiento como en la empresa privada , y ocupando los empleos
gentes muchas veces incompetentes, muy poco trabajadoras y por ello con sentido
de la responsabilidad muy escasamente desarrollado (no necesitan ser ni
competentes, ni trabajadoras, ni responsables,….si todo les sale gratis y
subvencionado, y sólo se apegan para conservar tan cómodo puesto de trabajo).
Naturalmente no todo el mundo es vago e irresponsable, pero sí debo de decir
que también he visto mucha gente vaga, irresponsable, parásita y aprovechada
(algunas incluso cobrando a la vez nómina y pensión de minusválido). Debo
decir que en mi caso particular, por una discapacidad sensorial (auditiva)
entré en la organización MIFAS hace poco más de 30 años, para
estar incluido en su bolsa de trabajo, y como ya he dicho
anteriormente, nunca me llamaron para decirme si había alguna oferta de trabajo
acorde con mis condiciones, y eso ya dice de la clase de servicio que ofrece
esa entidad a la hora de fomentar y ayudar en el empleo para favorecer a la
gente minusválida. Ya he dicho que cuando perdí el empleo en 2008, me fui
directamente a MIFAS a buscar trabajo, y como hacia unos días que acababan
de inaugurar un nuevo centro de día en el pueblo gerundense de
Vilafant (Alto Ampurdán), me admitieron como operario de mantenimiento, con
todas las rebajas fiscales que a ellos les suponen al tener yo certificado de minusválido
oficialmente reconocido. Allí pude observar que la gente se comporta
exactamente como los funcionarios, sobretodo los empleados fijos, para explotar
o aprovecharse de los contratados siempre en la incertidumbre sobre si van o no
van a renovar sus contratos, con lo que el personal fijo trabaja abusivamente
poco, y algunas como las directoras de residencias y centros de día, actúan con
clara prepotencia y total falta de respeto abusando del cargo, sobretodo con
los empleados que no son fijos. Y por otro lado observo que sólo contratan
simplemente a quienes quieren, porque si es que colocan a gente, a mi no me
consta que me comuniquen ofertas de trabajo, y de todos modos pienso que sólo
contratan a quienes quieren. Y no es porque lo diga yo, sino porque también me
lo dijeron otros socios de MIFAS de base, manifestándome que “solo hacen lo que
quieren”, y naturalmente no están para el minusválido, sobretodo por quien no
les interesa, o no le conocen, o tienen envidia a alguien en particular que les
podría hacer sombra. Son toda opacidad a la hora de conocer esos supuestos más
de 340 contratos de trabajo que dicen haber conseguido tramitar en todo el año
2012, pues no ponen ni nombres ni apellidos, ni las empresas, ni los puestos,
ni el grado de discapacidad, ni las nacionalidades, ni las edades de la gente
que contratan, ni los criterios en qué se basan para contratarlos, ni la
situación familiar, etc…, todo es opacidad total, y allí la norma es no
dar explicaciones a nadie, y menos cuando son despedidos. Y de todos los cargos
allí que tienen nómina, desde los directivos hasta el último empleado, no se
sabe en absoluto lo que cobran, la cuantía de las dietas, y en concepto de qué,
y cuántas horas de trabajo. Tampoco se sabe en qué se gasta, por ejemplo la
flota de vehículos, el carburante, la compra de material, etc…, se ha
convertido en una entidad de estructura claramente mafiosa y fuertemente
jerarquizada que por sus características mueve mucho dinero y con ello
diversidad de operaciones financieras, donde no se puede ni contactar con el
presidente, pues ningún socio de MIFAS tiene ni una dirección electrónica, ni
un número de teléfono para contactar directamente con él para cualquier cosa
(parece que ese número de teléfono para contactar con el presidente solo lo
tienen su pequeña corte de “pretorianos” de confianza, su secretaria, la
consellera de la Generalitat Muné (antes era Cléries), así como el
presidente de la misma Artur Mas, que son los que le otorgan las principales
generosas subvenciones, y creo que con claros criterios clienterales como es lo
lógico en política). En las asambleas anuales de MIFAS participan muy
escaso numero de personas, y muchas veces son los mismos compromisarios de los
otros años, elegidos a dedo por el “eterno presidente”, que les financia a
cuenta de MIFAS el viaje con un autobús, así como una buena comida en el lugar
de la asamblea, y sin saber aparentemente nada, votan sí a todo lo que propone
la junta (es decir, el presidente); ahora bien, lo que no está claro es de qué
bote de MIFAS sale todo ese dinero para financiar esas asambleas, máxime cuando
ningún socio paga ni un céntimo de cuota por estar asociado a MIFAS. Si existe
dinero misterioso para financiar esas cosas, no preguntemos de todo lo demás en
cuanto se refiere a la parte laboral que no vemos ni sabemos, y
que también existe, y que esto en una entidad de asociados, todos los
socios deberían de tener pleno conocimiento y que se le facilitara, y no con
informes resumidos de auditorias, sino con informes detallados de cada rama de
la contabilidad, para saber exactamente de dónde sale y adónde termina el
último céntimo de las distintas subvenciones y supuestas ganancias de la
entidad. Se tendrán unas declaraciones y unos estatutos de muy buenas
intenciones, pero en la práctica lo que se es que MIFAS no está para
estos objetivos, ni los acoge, sino sólo parece que existe para procurar por
todos los cargos que viven de las subvenciones que reciben, y de ahí el porqué
de tanta falta de transparencia: como ya he dicho, no se sabe, por ejemplo qué
sueldos, qué cuantía y en qué concepto se cobra el dinero que cada uno cobra de
MIFAS, y en qué cosas materiales se gastan. Como ya he expuesto, tampoco hay
manera de tener conexión con el presidente: ni una dirección electrónica, ni un
número de teléfono,…¿es algo normal que no pueda existir la comunicación
socio-presidente en una entidad de estas características?. Esto no pinta nada
bueno. He oído decir varias veces al presidente de MIFAS que la
entidad es de todos los socios, pero a mí me da la impresión de que MIFAS
sólo es de él y de toda la gente que él apadrina y tienen nómina de MIFAS
tengan o no tengan certificado de discapacidad, y sean o no sean de nuestro
propio país, ya que este es el poder que le da recibir y administrar a su gusto
cuantas subvenciones y licencias públicas que le genera todo ese dinero que
recibe para financiar esta organización, que al final ha acabado siendo el
negocio de unos cuantos interesados que de ello viven, y no estar de verdad por
las funciones sociales y de integración laboral para las que fue creada y que
consta en los estatutos, con toda la hipocresía que ello supone, y
encima teniendo en cuenta que contratar a gente con certificado de minusvalía
sale fiscalmente más barato para la entidad. No es de extrañar que con el paso
de los años haya degenerado hasta llegar a esto de hacer un negocio de lucro y
de repartir nóminas con sólo los que interesan a los que controlan y se
aprovechan de ese algo que se llama MIFAS, con las subvenciones públicas que
reciben, que no estar por la verdadera función de estar por los problemas e
inquietudes de la gente minusválida, ni dan buen ejemplo de ello. Y como es
lógico en ese caso, internamente impera como una ley del silencio y la
opacidad, en la que el socio de base ni es informado ni conoce al detalle cómo
están distribuidos los dineros de la entidad y para qué fines, y si les
preguntas, se hacen el tonto y hasta te marginan o excluyen, tal como me dijo
una vez un miembro destacado de la junta. Es naturalmente una entidad corrupta
de la que maman los listos que de ella se aprovechan y controlan los órganos de
poder internos, desde cada parcela burocrática de la misma. Con lo cual a
título personal instaría a los poderes públicos a no otorgar subvenciones,
porque en entidades así, luego pasa lo que pasa: que del dinero de los
impuestos se aprovechan unos pocos listos, y se despilfarra buena parte del
mismo, sin que acabe siendo de utilidad para su verdadera función última que no
es otra cosa que ayudar al minusválido y mejorar sus condiciones de vida en un
acto de justicia social y solidaridad pública hacia quienes tienen mayores
impedimentos y dificultades debido a sus minusvalías.
Debo decir que las asambleas
sé que no son democráticas aunque lo aparenten, porque los compromisarios son
elegidos a dedo por el presidente, y se les animan a participar pagándoles el
viaje por autobús y con una buena comida en un restaurante en el mismo lugar de
la asamblea, y fiestas cuando los presupuestos le permiten (de no ser así, casi
nadie acudiría). De los que asisten como compromisarios casi nadie sabe de que
va y se ha convertido en una rutina anual, y sólo tienen que decir amén a
todo lo que diga o proponga el eterno Presidente de MIFAS, o en su defecto el
vicepresidente con el que forma tándem. Se hablan de “planes estratégicos” o de
“DAFOS”, como si se tratara de un plan de marketing, y del que nadie sabe quien
los elabora ni lo que cuesta en presupuesto a cargo de la entidad (se supone
que se encarga a una consultoria externa), pues ni siquiera he visto
preocupación alguna por solucionar barreras arquitectónicas con planes de
acción (yo mismo elaboré un blog sobre barreras arquitectónicas, junto con otro
paisano mío que también es de MIFAS y va en silla de ruedas, que se puede ver
en varias entradas de ese blog, que es una herramienta de gran utilidad de cara
a la administración local, pero que los órganos directivos de MIFAS ni lo
tienen ni tuvieron presente, ni fomentan entre los asociados que lo hagan en
sus respectivos municipios o comarcas). Me he fijado que los informes
económicos y el papeleo de las auditorias que dan a los
compromisarios cuando hay asambleas son simples resúmenes de anotaciones
contables (y cuando hay asambleas dan la excusa de que no ha habido tiempo de
auditar las cuentas), en las que no se especifican con detalle y profundidad
los datos: no sabemos qué es lo que cobra cada uno del personal de la plantilla
de MIFAS, las dietas, los pluses, los gastos, etc ..., especificando claramente
cada concepto. No sabemos los sueldos y las dietas del presidente,
vicepresidente, miembros de la junta, gerente, directoras, encargados,
cuidadores, vigilantes de parkings, y la de todos los empleados de todas las
distintas escalas, así como el tiempo, funciones y las horas que dedican a
estas supuestas tareas. Ya me dijo una vez una minusválida de Banyoles, que
antes había participado como compromisaria en las asambleas: que los de MIFAS
sólo hacen lo que quieren y sólo para beneficiarse ellos mismos. Creo que de
razón debía de tener mucha. ¿MIFAS es de todos? ... Pues menuda mentira, porque
MIFAS es lo que quiera de su eterno presidente y “equipo pretoriano”, que
sabe cómo se mueve todo el dinero que entra y sale, y de sus amigos y apadrinados
que viven de ella, sin tener en cuenta si tienen minusvalías o la nacionalidad,
... que cara a la galería, sobre todo cuando reciben visitas de personajes
institucionales que influyen en las subvenciones, haciendo un poco de lástima
con el número montado a la perfección y con los personajes seleccionados para
ello, supongo que es la manera de hacer que le lluevan las subvenciones. Claro
que si esto fuera una empresa privada sin subvenciones, no sé cómo se
aguantaría todo ello con tanta gente poco trabajadora y tantas corruptelas
internas. Por eso mi opinión es que no
se debería malgastar más el dinero de los contribuyentes, por los despilfarros
que de ello derivan en mantener cargos y enchufes artificialmente creados y de
modo completamente interesado, sin tener en cuenta capacidades, talentos,
minusvalías y nacionalidades. Como ya he dicho creo que a los minusválidos que
lo necesiten, se le ha de ayudar con las pensiones, y que elijan las
residencias privadas o centros de día donde sean mejor tratados, ya que eso
crearía competencia y puestos de trabajo, y desaparecería el
enchufismo que da lugar el sistema actual que los alimenta. Y claro, los
minusválidos que quieran reivindicaciones, que luchen por ellas, ya que he
podido observar, también, que el colchón de la pensión los convierte en seres
bastante pasivos en su lucha por la supervivencia. No he visto que se luche por
las reivindicaciones de los minusválidos, por ejemplo, en el tema de las
barreras arquitectónicas, de la que toda Gerona, por ejemplo, es un caso de
abundancia de ellas. Pero si he visto gente de MIFAS con cargos de
funcionarios, y con estudios universitarios, pero que no hacen absolutamente
nada para luchar y reivindicar las mejoras de vida en la causa de los
minusválidos. Algunos sólo se aplican a calentar la silla, aunque sea de
ruedas, y a disfrutar de la pensión o de la nómina.

También debo de decir, en el
aspecto laboral, que internamente los malos tratos psicológicos existen incluso
en una entidad como MIFAS. Es curioso que exista un protocolo contra el acoso
sexual (cosa que no he visto nunca que se produjera), pero sí he visto
insultar, actuar con arrogancia y con falta de respeto, tanto por parte de
algunas directoras, como por parte de algún empleado fijo aunque fuera
inmigrante y sin minusvalía Y no es solo que yo lo haya vivido en
los tres años y 5 meses que allí serví de la mejor de las maneras, sino porque
también me lo han comentado otras personas que ahí han trabajado, aparte de que
también he sido testimonio de esas cosas que se ocultan socialmente. Para esos
malos tratos no existe protocolo alguno, ni siquiera un buzón de quejas, pero
cuando si se trata de “acoso sexual” si existe. Cuando uno está contratado, y
en una situación de grave crisis como la actual en la que es muy difícil
encontrar nuevo empleo, se vive con la desagradable ansiedad de que no se
renueva el contrato con las consecuencias familiares que ello supone, por lo
que se han de aguantar calladamente y con resignación situaciones, abusos y
malos tratos psicológicos, que en otras circunstancias de tener el empleo fijo,
se darían las condiciones de poner freno. También debo de decir, por ejemplo,
entre otros casos, que incluso algunos usuarios de la residencia MIFAS
(minusválidos todos con grandes discapacidades) se sienten incómodos en el
trato, ya que por ejemplo la directora les prohíbe que personas
íntimas, afines, amigas y de total confianza puedan visitarles en la residencia
(ya que en este caso la residencia es legalmente sus propias casas), y eso necesitando
un previo filtro y permiso de la propia directora, con lo cual no se disponen
ni libertades ni intimidades. Con lo cual también hay directoras que no son del
gusto de los usuarios ni de los empleados, cuando se despidieron a otras
personas mucho más competentes y del agrado de los propios usuarios
minusválidos.
Todo esto lo comento para que
desde mi blog la sociedad, e incluso la clase política, sepa que es lo que hay
detrás de todo esto, fuera de esas fachadas engañosas que se presentan y las
comedias que los interesados montan en torno a esto. Esto es tan solo una
exposición, de la cual espero que con el tiempo poder andarme por las ramas y
dar una explicación más profunda y detallada sobre lo que es MIFAS, para que lo
sepa la gente, para que se sepan en qué se gasta el dinero de los
contribuyentes cuando con sus impuestos se subvencionan a entidades como esta,
compuesta muchas veces por parásitos, sean minusválidos o no y sin contar con
las distinciones de nacionalidades, que chupan de dichas subvenciones, y no
para trabajar en serio por la causa de los minusválidos, la gente necesitada.
Esta es la otra cara de la moneda que también hay que conocer, y para que
consten algunas de esas razones por las que solicité la baja como socio de
MIFAS, aunque se que me he dejado muchas cosas en el tintero, pero que me las
reservo para otra entrada de ese blog y para que sirva para conocer más a fondo
el mundo del minusválido tal como lo he vivido. Es posible que este escrito
levante críticas o polémicas, o bien de lugar a la indiferencia y a la
pasividad tan propias de esas gentes que tienen la vida arregla con una nómina,
enchufe o pensión,…pero igualmente si se diera el caso, estoy dispuesto a
responder todo cuanto comentario, pregunta o duda aparezca en este blog, para
aclarar todo lo que considere necesario desde mi propia perspectiva. Y para que
conste en ese blog dedicado el tema de los minusválidos.
( CONTINUARÁ en una
segunda parte......)
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