martes, 11 de octubre de 2011

DEDICADO A LAS FAMILIAS QUE SUFREN EL ALZHEIMER


A los padres siempre les llega la edad que han de someterse al juicio de los hijos. “El que siembra vientos, recoge tempestades”, y “recoges lo que siembras”, son solo dos proverbios que nos adelantan el final de los juicios filiales. No nos engañemos: no todo hijo se siente orgulloso de su padre, ni todo padre se siente orgulloso de su hijo. Para que un hijo no quiera a su padre, es que ese tuvo la desgracia de ser ignorante y en la vida no supo estar en su papel de padre ideal y ejemplar. Aunque cada cual es libre de hacer lo que quiera, actitud completamente respetable, creo que cuanto más civilizada es una persona, más alto es su espíritu de perdón, incluso hacia aquel que no se lo merece. Os quiero dejar hoy con una carta que no es mía, porque me la enviaron, pero la comparto con vosotr@s):

CARTA DE UN PADRE A SU HIJO:

Querido hijo:

Cuando pasen en mí los años y en apariencia ya no sea el mismo y me vuelva torpe en mis movimientos tenme paciencia, recuerda las horas que me pasé enseñándote a hacer las mismas cosas que hoy ya no puedo resolver solo.

Cuando me veas perdido frente a toda la tecnología que me cuesta tanto en entender, dedícame tu tiempo, recuerda que fui yo quien te enseñó las cosas más simples para afrontar la vida. Si te repito las mismas historias, aunque ya sepas el final, escúchame. Cuando eras chico, tuve que contarte cientos de veces el mismo cuento.

Y si, mientras conversamos me olvido de lo que estamos hablando, dame tiempo para recordar, y si no puedo hacerlo, comprende que tal vez no es importante lo que conversamos, sino que para mí lo importante es que me escuches, y estar juntos.

Cuando me fallen mis piernas, dame tu mano para apoyarme, dame tu mano para apoyarme como lo hice cuando comenzaste a dar tus primeros pasos. Dame tu cariño, compréndeme y apóyame, como lo hice desde el momento en que naciste. Hoy, soy yo quien está orgulloso al ver como enfrentas la vida, al ver quien eres


Cuando pasen en mi los años….

Así como te he acompañado yo, acompáñame tú hacia donde me lleva el camino.

Cuando pasen en mi los años, sigamos caminando juntos.

CON CARIÑO,TU PADRE




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